Vivimos un momento apasionante en el que ya no se piensa en los datos, sino que convivimos con ellos y nos acompañan en nuestro día a día. Y con esta visión y anticipándome al crecimiento exponencial del dato en nuestras vidas, en el año 2018 publiqué un artículo en la Revista Equipos & Talento al que puse como título Generación DATA: Empoderados al nacer, cuyo propósito era humanizar el dato e incorporarlo a una nueva generación que, de manera incipiente, integraba el dato desde su nacimiento. Una generación que sin duda comenzaba a visibilizar la potencia del dato, de los algoritmos y daba importancia a la necesidad de crear un vehículo conector de las diferentes tecnologías habilitadoras que nos acompañaban en los procesos de transformación de las compañías. Así, de manera objetiva, en 2018, estaba gestándose la creación de un nuevo fenómeno en el que éramos partícipes una generación entera: la Generación DATA.
Posiblemente en el año 2018, el concepto Generación DATA fue un término que se anticipó a su tiempo, y que tal y como reflejaba en el primer artículo en el que le daba visibilidad: “Esta nueva generación representa al conjunto de bebés nacidos en 2018 en adelante, formada por futuros hombres y mujeres que desde su primer día de vida, aún de forma involuntaria, han sido empoderados por el dato, formando parte de las estadísticas, del big data, de los algoritmos, de la inteligencia artificial y, por supuesto, de las redes sociales, siendo actores pasivos y activos de la auténtica democratización de la tecnología”.
Hoy, en 2025, esta definición recobra todo su propósito y sentido. Ya no hablamos sólo de una generación empoderada por el dato, sino de una sociedad global que vive, interpreta y construye valor desde él. Una sociedad que ha evolucionado, de una manera rápida, inmersa en un punto de plena convergencia tecnológica, donde el dato ya no sólo es una referencia de valor, ya no sólo impulsa a la inteligencia artificial, sino que es el engranaje esencial que da sentido a todas las tecnologías habilitadoras: ciberseguridad, realidad virtual, realidad aumentada… entre otras. Donde la inteligencia artificial, el internet de las cosas (IoT), la computación cuántica, el edge computing? o la biotecnología interactúan entre sí, donde el dato es el lenguaje común que permite su interoperabilidad. Hoy, el valor del dato no reside únicamente en la información que aporta, sino en su capacidad de conectar disciplinas, automatismos e inteligencias, algo impensable hace unos años y que ahora es una realidad. La Generación DATA es, en esencia, la primera nativa de la convergencia tecnológica global.
Pero para comprender bien la potencia de la Generación DATA, es necesario realizar un pequeño ejercicio y visualizar las anteriores generaciones. Y así, tal y como reflejaba en mi artículo publicado en 2018, “desde la Generación de los Baby Boombers o Hijos de la 2ª Guerra Mundial (1946-1964), hasta 2018, se han identificado diferentes generaciones influenciadas por los diferentes avances tecnológicos contemporáneos que se iban produciendo en cada generación. Éstas han sido la Generación X o la Juventud de los años 80 (1965-1979), la Generación Y o los famosos Milennials (1980-2000), la Generación Z o Generación de Internet (2001-2010) y la Generación Alpha, T o Nativos digitales (2010–2025), denominada así por su familiarización con los entornos digitales, pantallas táctiles y los dispositivos móviles, son los nativos del smartphone”. Con estos antecedentes y la evolución natural de la sociedad y de la propia tecnología, es el momento de seguir evolucionando, de dar paso a una nueva generación global y con un “apellido” que represente el punto de conexión de todos. El dato, tan presente en nuestra vida cotidiana como empresarial, lo domina todo. Ahora nuestro gran desafío es comprenderlo, utilizarlo con propósito y desde una mirada que sirva para crecer con él y maximizar su valor.
Porque el dato impulsa lo objetivo, le da sentido a criterios de medición, decisiones de compra e incluso a frases con raíces LEAN como “lo que no se puede medir, no se puede mejorar”. En definitiva, el dato es el elemento global, transversal y presente en una nueva generación abierta que incorpora por derecho propio a las generaciones de los Baby Boomers X, Y, Z, Alpha y tras los que crecieron con las pantallas táctiles, y que serán los primeros nativos digitales que sigan evolucionando con la tecnología desde lo táctil a lo físico, pero siempre con el dato como vehículo, en nuevos entornos phygital? que integran lo físico con lo digital. Es un salto evolutivo entre la propia Generación Alpha del análisis y la Generación DATA que les lleva a la acción y quienes no conciben la tecnología como una herramienta externa, sino como un entorno natural de existencia. Su manera de aprender, socializar, crear y trabajar está influenciada por interfaces conectadas, entornos de aprendizaje personalizados por inteligencia artificial y decisiones mediadas por algoritmos.
Esta naturalidad tecnológica los sitúa en un paradigma distinto: mientras que las generaciones anteriores se adaptaban a los datos, ellos los integran en su identidad. Su relación con la privacidad, la transparencia y la inmediatez está orientada hacia la eficiencia y la personalización, no hacia la simple curiosidad digital.
La globalidad del propósito y enfoque que representa la Generación Data les permitirá ser protagonistas de cualquier industria y sector. En el caso de algunas industrias, su presencia, participación e influencia será fundamental, como en la industria del retail, siempre en proceso de evolución continua. En este caso, la Generación DATA impactará en las estrategias de experiencia de cliente, en los entornos phygital y omnicanales, lo que obligará a las compañías a evolucionar de una manera casi vertiginosa para dar respuestas físicas y digitales a una nueva generación que pondrá el dato en el centro de sus decisiones de compra.
De una forma ya más global, la Generación DATA no nace sólo “empoderada por los datos”, sino que piensa y actúa a través de ellos. Los que formen parte de esta nueva generación, los nacidos en 2025, no serán unos simples espectadores de este proceso, serán los protagonistas del cambio. Su estilo de vida multipantalla, su pensamiento hiperconectado y su capacidad para operar entre distintos contextos tecnológicos revelará un nuevo cambio de paradigma en el que navegarán de forma natural afrontando todos los desafíos tecnológicos que se vayan presentando en su camino, construyendo un nuevo capítulo en la historia de la humanidad.
Este artículo sólo pretende aportar y contribuir a la evolución de las nuevas generaciones, buscando un nexo común que represente a una nueva generación, que sirva para darle contexto, se consolide como generación y evolucione con el dato con paso firme, con sentido y propósito, porque el dato ya no se analiza: se vive y esto las nuevas generaciones ya lo llevan de serie.




