Medusa Bay nació, como cuenta su CEO, Juanjo González López-Huerta, para ocupar “un hueco” en el segmento premium masculino de 40-55 años, con una propuesta fresca, tejido de calidad y responsabilidad con el ecosistema industrial español. Ese “alma textil” convive con una mentalidad 100% startup: datos para decidir, tecnología para operar y una ejecución multicanal con vocación de omnicanalidad.
La marca ha construido un porfolio equilibrado y trabaja ya con planificación a 12 meses (colecciones SS26 y FW26 en marcha), apoyada por patronaje propio y selección de tejidos “con lupa”. La proximidad no es claim: el 60% de la confección se realiza en España y un 15% en Portugal, lo que habilita reposiciones ágiles y experiencia consistente en puntos de venta. El énfasis en sellos estrictos de sostenibilidad y calidad es parte de su diferencia.
En el último trimestre han abierto una tienda multimarca gestionada directamente por la compañía, donde conviven Medusa Bay y otras marcas complementarias. El modelo busca repartir riesgo operativo en un contexto de costes al alza y consumo más volátil. Además, la marca ha activado acciones de marketing no convencionales, como desfile en Sitges y activación con un exfutbolista campeón del mundo, para ampliar awareness? sin depender de medios masivos.
Plataforma propia: el “sistema operativo” que une tienda y e-commerce
Medusa Bay ha dedicado el último año a levantar el que ya es su “sistema operativo” comercial. “Llevamos un año aproximadamente desarrollando una plataforma que nos permite unir el mundo físico con el mundo digital”, resume su CEO.
Ser muy eficientes en la gestión del día a día y, sobre todo, hacerlo prácticamente en tiempo real.
No es un ERP? al uso, insiste, sino una capa que “permite desde hacer un pedido a proveedores, hasta recepcionar la mercancía en el almacén, hacer un control de inventario en tiempo real en una tienda, compartir inventario, y poder servir desde una tienda y no desde almacén”.
El objetivo es operativo y claro para el CEO de la marca hecha en España: “Ser muy eficientes en la gestión del día a día y, sobre todo, hacerlo prácticamente en tiempo real”.
Canales en una sola orquesta
A esa columna vertebral se engancha la estrategia de canales. “Unimos el B2C con el B2B, la parte de retail, la parte de wholesale, también la parte de marketplace”, explica. Los marketplaces no son un parche, sino una válvula de control de inventario: “Es un modelo orientado para eliminar sobrestocks, tener una palanca preparada para hacer promociones y eliminar stock en diferentes marketplaces”.
Mientras la plataforma toma forma, la marca gana calle con un modelo físico pensado para compartir riesgo. “Acabamos de abrir una tienda, es un concepto de multimarca, gestionada directamente por nosotros y de la mano de otras marcas de moda que complementan el portfolio”, cuenta.
Para González, el formato nace de un diagnóstico sincero: “La situación del comercio no es del todo buena, aliarte con otras marcas competidoras que en este caso son amigas te ayuda a mitigar ese riesgo de tener que cerrar”.
Acciones con gancho
Su relato se apoya en acciones de marca con gancho: “Hace dos semanas hicimos un desfile en Sitges, y hemos puesto a desfilar a un exjugador de fútbol campeón del mundo”. Mezclar “temas de distribución diferentes con temas de marketing diferentes”, dice, “nos hace ser un poquito diferentes”.
La propuesta de producto de Medusa Bay se profesionaliza con foco en coherencia y proximidad. “Estamos intentando tener ya una patronista, una fashion designer que nos ayude con todas las colecciones, que toda la colección sea coherente de principio a fin”, avanza González López-Huerta.
Trabajar en proximidad nos hace ser muy competitivos en reposiciones
El calendario ya rueda a la velocidad del sector: “Ya estamos trabajando las colecciones con un año de antelación”. Esa planificación se apoya en una cadena de valor corta: “A día de hoy hacemos el 60% de las prendas en España, un 15% en Portugal, trabajar en proximidad nos hace ser muy competitivos en reposiciones y ofrecer la mejor experiencia al usuario”.
Crecimiento con disciplina
La tracción acompaña al método. “El año pasado multiplicamos las ventas por cuatro, este año tenemos un objetivo de multiplicarlas por tres”, afirma. Pero el titular, para él, no está sólo en el crecimiento, sino en la disciplina con la que se consigue: “Haber desarrollado una metodología de trabajo, trabajar colecciones con un año de antelación, seleccionar tejidos, patrones y proveedores con atención”. En marketing, vuelve a lo esencial: “Primero saber quién es tu audiencia; segundo, cómo conectar; tercero, cómo enamorarles, y una vez que lo han comprado, potenciar la compra recurrente. Esa metodología a modo de funnel nos permite una gestión muy fina”.
Primero saber quién es tu audiencia; segundo, cómo conectar; tercero, cómo enamorarles, y una vez que lo han comprado, potenciar la compra recurrente
El contexto de retail, admite, obliga a pensar diferente. “Leí hace poco que en España se cierran 36 comercios”, recuerda, en un escenario marcado por “subida de alquileres” y “subida del salario mínimo interprofesional”, además de la presión de “grandes plataformas asiáticas”. De ahí su receta: “Tenemos que ser mucho más creativos, ser muy eficientes” y apoyarse en digital y marketplaces para ajustar el pulso del inventario: “Para nosotros es fundamental poder desarrollar un modelo que te permite liquidar stock en ciertos momentos del año”.
Omnicanalidad real: misma experiencia, distintos recorridos del cliente
En cuanto a la experiencia de cliente, su tesis es nítida: multicanal no es omnicanal. “Es relativamente sencillo desarrollar un modelo multicanal, pero es bastante complejo desarrollar un modelo omnicanal”, advierte. Trae un ejemplo fuera de la moda para aterrizarlo: “Un amigo ha abierto una tienda de croissants” con “decoración” y “experiencia totalmente diferente” e “integra Glovo desde el día 1” para nacer digital. El estándar al que aspira Medusa Bay se mide en consistencia: “En tanto que persigues una misma experiencia desde el punto de vista digital que la física, te aproximas a ese concepto de omnicanalidad”. Eso implica atención por web o app y procesos de devolución y cambio cruzados.
En tanto que persigues una misma experiencia desde el punto de vista digital que la física, te aproximas a ese concepto de omnicanalidad
La compañía, además, se define por su manera de financiar y operar. “Hemos tenido que actuar en modo startup, somos una startup certificada por Enisa”, subraya. Ese camino se acompasa con capital y deuda pública: “Hemos hecho tres rondas de financiación y nos hemos apalancado también en un préstamo de Enisa”. La autoimagen es deliberada: “Concepto startupero de empresa tecnológica que vende ropa, una plataforma digital que nos permite operar el día a día con un modelo de gestión bastante óptimo, tomar decisiones en los datos y hacer la ropa de la mejor forma posible”.
Escalar sin prisas: preparar la base antes del sprint
Sobre el potencial de crecimiento, hay ambición y prudencia a partes iguales. “Sin duda en el terreno digital y también con los marketplaces, es la palanca estratégica de crecimiento”, concede.
Pero González también reconoce la fase en la que están: “Me preguntaron si la empresa estaba preparada para escalar y la respuesta era no, todavía estamos en la fase de introducción, pero desarrollando la base para la futura escalabilidad”. ¿Cómo? “Recursos tecnológicos y logísticos, integración con empresas de transporte y control de inventario en tiempo real”. La hoja de ruta pone hitos y ventana temporal: “Consolidar el modelo digital en 3-4 años, desarrollar un modelo de retail, new retail que acompañe ese crecimiento y conectar los dos mundos con esta plataforma”.