Los supermercados han iniciado una transformación que va más allá de sus lineales. La sostenibilidad ya no se limita a los productos que ofrecen, sino que se ha instalado en el propio corazón de sus operaciones. En cómo consumen energía, gestionan sus edificios, transportan mercancías o iluminan cada pasillo.
Los tejados se llenan de paneles solares, las cámaras de frío aprovechan el calor que generan y las luces se regulan solas gracias a sensores que miden la actividad en tiempo real. La innovación se aplica al funcionamiento interno de las tiendas, con sistemas que reducen emisiones, automatizan procesos y optimizan recursos.
Esta transformación responde a una doble necesidad. Por una parte, adaptarse a las exigencias medioambientales y, por otra, reducir los costes derivados del consumo energético.
Cada nuevo supermercado se diseña como un edificio eficiente y cada reforma incorpora medidas para ahorrar electricidad, reutilizar calor o gestionar mejor los residuos. El resultado es un modelo de retail más responsable y competitivo, donde la tecnología, la arquitectura y la logística se combinan para construir un supermercado sostenible que consume menos, contamina menos y funciona mejor.
España: eficiencia y autoconsumo
En el mercado español, las grandes cadenas de distribución avanzan hacia un modelo energético propio.
Por ejemplo, Lidl ha instalado más de 85.000 m² de paneles solares en Andalucía, generando entre un 20% y un 30% del consumo eléctrico de cada tienda. A nivel nacional, sus instalaciones producen 37 millones de kWh al año de energía limpia. Además, cada nuevo establecimiento incluye iluminación LED, refrigeración con gases naturales y sensores para ajustar consumos de forma automática, según ha ido informando puntualmente la cadena alemana.
Carrefour, por su parte, tiene una estrategia similar que comunica periódicamente. Al cierre de 2025 contará con 188 instalaciones fotovoltaicas que sumarán 388.000 m² de superficie solar, capaces de cubrir una cuarta parte de la demanda energética de sus hipermercados. También ha implantado sistemas de monitorización energética y un plan de reducción de desperdicio alimentario apoyado en datos y analítica predictiva.
En el caso de Mercadona, su nuevo modelo de Tiendas 8, apuesta por el supermercado sostenible a través de mejoras de aislamiento térmico, climatización inteligente e iluminación automatizada según afluencia. Cada tienda ajusta su consumo a la actividad diaria y mejora su eficiencia sin perder confort.
Otros retailers nacionales como Alcampo y Masymas también integran medidas sostenibles. Alcampo ha renovado centros con refrigeración cerrada, sensores de movimiento e iluminación LED. Masymas, en colaboración con EDP, instaló el año pasado marquesinas fotovoltaicas en aparcamientos que generan hasta el 20% del consumo eléctrico del establecimiento.
Alemania: arquitectura viva para el supermercado sostenible
En Alemania, el grupo REWE explora el concepto de Green Farming, un supermercado sostenible construido en madera reciclable y con una granja hidropónica en la azotea.
El edificio almacena más de 700 toneladas de CO₂ en sus materiales y reutiliza el calor de la refrigeración para calentar el invernadero.
El nuevo centro de REWE en Berlín se concibe como construcción circular y desmontable, diseñada para reutilizar materiales y reducir residuos.
Francia: energía y datos al servicio de la sostenibilidad
En Francia, Carrefour, junto con GreenYellow, instaló paneles solares en los aparcamientos de 350 tiendas, que producen unos 450 GWh anuales de electricidad renovable, el 20% de su consumo total.
La compañía también prueba junto a VusionGroup un modelo de “tienda conectada” que utiliza sensores IoT y análisis de datos en tiempo real para ajustar iluminación, temperatura y consumo energético.
Con ello, cada tienda se convierte en un supermercado sostenible digitalizado, capaz de controlar su impacto ambiental y sus costes de forma precisa.
Países Bajos: digitalización y eficiencia
La cadena neerlandesa Ekoplaza, especializada en alimentación ecológica, ha desplegado etiquetas electrónicas inteligentes (ESL) en toda su red. Estas pantallas reemplazan las etiquetas de papel y se actualizan en remoto, reduciendo el uso de materiales y mejorando la eficiencia del personal.
El sistema, desarrollado por VusionGroup, refuerza la apuesta en este país por un supermercado sostenible que aplica la tecnología para reducir residuos y consumo innecesario.
Logística verde y transporte limpio
Y como ya hemos contado en TNR News en otras ocasiones, la sostenibilidad también alcanza la cadena logística. Lidl, Carrefour y Mercadona avanzan con flotas eléctricas y de biogás, mientras grupos como Colruyt (Bélgica) o ICA (Suecia) operan centros logísticos autosuficientes alimentados con energía solar y bombas de calor.
Iniciativas como éstas consolidan un modelo de supermercado sostenible integral, desde el almacén hasta la entrega al cliente, en línea con la Directiva Europea de Eficiencia Energética (2024/32/EU), que exige reducir el consumo final de energía un 11,7% antes de 2030.
El futuro del supermercado sostenible
El retail alimentario vive una transformación estructural en la que cada tienda, centro logístico o flota cuenta. El supermercado sostenible del futuro generará parte de su energía, reutilizará el calor de sus sistemas de frío y optimizará cada recurso con datos en tiempo real. Cada panel instalado y cada sensor conectado acercan al sector a un modelo más limpio, digital y autosuficiente.
La carrera hacia el supermercado sostenible continúa, y esta vez todos los competidores avanzan en la misma dirección.